“España en crisis”
Existe un enfoque sociológico, fundamentalmente crítico, para el que los problemas sociales –y sus soluciones- no son meros reflejos de una realidad externa, sino el producto de una construcción. Es ésta una perspectiva que suele irritar a los empiristas, es decir, a aquellos que, como ocurre en el chiste, tienden a confundir la distancia que media entre Alcalá y la Luna y Alcalá y Lepe, y que como solo creen en lo que ven terminan por afirmar que la ciudad onubense esta más lejos que la luna. Gentes de poca fe teórica que se postran a los pies de la inmaculada percepción ahora mancillada con los datos de la crisis económica que asola España, a Europa y al mundo. Resulta evidente que los años de esplendor no fueron tales y que para entender la crisis actual tenemos que saber cómo estábamos antes de que comenzara. En efecto, antes de que la cifra de parados llegara a los tres millones de parados, en España entre 6 y 7 de cada 10 trabajadores se encontraban en situación de precariedad laboral. Para echarse a llorar hoy, a la calle ayer.
A este respecto, Navarro, Tur y Campa analizan la situación de la clase trabajadora en España, los verdaderos protagonista del drama de la crisis, a partir de partir de datos procedentes en su mayoría de la OCDE y del informe The State of Working America 2008/2009 (El Viejo Topo. Enero 2009, pp. 120-133). El panorama es desolador, pero desde hace años.
Treinta años después del inicio de la democracia, España continúa a la cola de la UE-15 en su desarrollo económico y social. No sólo el desempleo en todos los grupos educacionales es mayor (excepto en los estudios básicos) que el promedio de la UE-15 y que la mayoría de países de la comunidad, es que España es uno de los países más desiguales de la UE-15 y, por ende, de los que tiene mayor nivel de pobreza. Entre los tres factores que, según los autores, explican esta realidad destaca la escasa capacidad redistributiva del Estado debida, a su vez, a la escasa progresividad fiscal y el bajo gasto público (el más de la UE-15, 19,8% del PIB, mientras que el promedio la UE-15 es 27,5%). Siendo esta, por tanto, la gran asignatura pendiente de nuestra joven democracia: la ampliación de la base tributaria que incluye, sin ningún género de dudas, el control del enorme fraude fiscal.
VICENTE M. PÉREZ GUERRERO
10 de febrero de 2009
Existe un enfoque sociológico, fundamentalmente crítico, para el que los problemas sociales –y sus soluciones- no son meros reflejos de una realidad externa, sino el producto de una construcción. Es ésta una perspectiva que suele irritar a los empiristas, es decir, a aquellos que, como ocurre en el chiste, tienden a confundir la distancia que media entre Alcalá y la Luna y Alcalá y Lepe, y que como solo creen en lo que ven terminan por afirmar que la ciudad onubense esta más lejos que la luna. Gentes de poca fe teórica que se postran a los pies de la inmaculada percepción ahora mancillada con los datos de la crisis económica que asola España, a Europa y al mundo. Resulta evidente que los años de esplendor no fueron tales y que para entender la crisis actual tenemos que saber cómo estábamos antes de que comenzara. En efecto, antes de que la cifra de parados llegara a los tres millones de parados, en España entre 6 y 7 de cada 10 trabajadores se encontraban en situación de precariedad laboral. Para echarse a llorar hoy, a la calle ayer.
A este respecto, Navarro, Tur y Campa analizan la situación de la clase trabajadora en España, los verdaderos protagonista del drama de la crisis, a partir de partir de datos procedentes en su mayoría de la OCDE y del informe The State of Working America 2008/2009 (El Viejo Topo. Enero 2009, pp. 120-133). El panorama es desolador, pero desde hace años.
Treinta años después del inicio de la democracia, España continúa a la cola de la UE-15 en su desarrollo económico y social. No sólo el desempleo en todos los grupos educacionales es mayor (excepto en los estudios básicos) que el promedio de la UE-15 y que la mayoría de países de la comunidad, es que España es uno de los países más desiguales de la UE-15 y, por ende, de los que tiene mayor nivel de pobreza. Entre los tres factores que, según los autores, explican esta realidad destaca la escasa capacidad redistributiva del Estado debida, a su vez, a la escasa progresividad fiscal y el bajo gasto público (el más de la UE-15, 19,8% del PIB, mientras que el promedio la UE-15 es 27,5%). Siendo esta, por tanto, la gran asignatura pendiente de nuestra joven democracia: la ampliación de la base tributaria que incluye, sin ningún género de dudas, el control del enorme fraude fiscal.
VICENTE M. PÉREZ GUERRERO
10 de febrero de 2009
Felicidades Vicente!!! El nombre del blog e total y me viene muy bien para seguirte leyendo porque La Voz de Alcála aquí no llega, todavía. Tú sabes.
ResponderEliminarMe alegro que te mole el nombre.
ResponderEliminarVoy a hablar con Enrique Sánchez, por si se puede hacer algo al respecto.
Un abrazo.